Las cortinas de aluminio Kriskadecor se remontan a la década de 1920, pero no están pasadas de moda. La empresa ha reinventado el producto para el siglo XXI y afirma que las posibilidades de sus diseños y usos son innumerables.
Las delicadas cintas de la cadena de aluminio pueden colorearse para reproducir imágenes o formas y cuando se cuelgan las cortinas ofrecen además de la cobertura, una fluidez que recuerde a la ondulación del agua en la superficie de un lago. Se ven los dibujos, pero también se ve a través de ellos y es que la calidad translúcida es lo que hace que los productos Kriskadecor sean tan interesantes y deseables. Las cortinas son también muy táctiles, no se puede caminar junto a ellas sin recorrer con la mano las cadenas.
Diseñadores de talla mundial como Patricia Urquiola y Philippe Starck han usado las cortinas en sus proyectos y pueden verse las piezas de Kriskadecor en espacios tan diversos como el estadio de fútbol Arsenal Emirates en Londres, donde se puede encontrar en la zona de descanso una gran cortina impresa con la cara de Arsene Wenger, los restaurantes Wahaca, hoteles de lujo y sedes de oficinas y también han sido utilizados para la decoración de eventos como la ceremonia de los Oscar en Hollywood y la apertura del Museo de Abba en Estocolmo.
Kriskadecor tiene su sede en las afueras de Barcelona y en su planta realiza el proceso completo de fabricación. Las cortinas son ligeras, fáciles de instalar, incluso cuando las dimensiones son grandes y además son totalmente reciclables, al ser aluminio el metal que se recicla con mayor facilidad.
La empresa, que hoy en día cuenta con 20 patentes y 25 marcas, fue creada en 1926 por José María Sans tras apostar con sus compañeros de la universidad que podría diseñar una máquina para fabricar mallas de metal que se conectasen formando una cadena.
En poco tiempo sus cadenas se convirtieron en cortinas y se hicieron populares como pantallas en las puertas de las viviendas, bares y pequeñas tiendas en España y otros países mediterráneos, por razones obvias, al permitir la circulación del aire en su interior, mientras se evitaba que entrasen las moscas y las avispas.
La empresa comenzó a tomar en serio el diseño, desarrollando formas de anodización del metal para producir formas e imágenes a medida y se desarrolló rápidamente.
Josep M Sans, director comercial de Kriskadecor, es miembro de la tercera generación de la familia y gestiona la empresa con su hermano y su madre. Nos comenta que el producto se ha hecho cada vez más popular y conocido con los avances en la personalización: “Ser capaz de personalizar el producto con cualquier dibujo hace que la malla metálica sea un material versátil para trabajar. Se puede elegir un diseño clásico o contemporáneo... depende del diseñador”.
A la gente le gusta tener espacios interiores separados pero sin tabiques rígidos. “Al usar las cortinas se mantiene una sensación de espacio, incluso si usted los separa. " Josep M Sans afirma que a la gente le gusta ser capaz de caminar a través de las cortinas o ver las formas a través de ellas, sin tener una sensación de vida y envolvimiento. O por decirlo de otra manera, hace que las cosas sean más interesantes y misteriosas.
La firma fabrica principalmente cortinas para espacios comerciales y proyectos de gama alta, pero también para viviendas proivadas. "Los propietarios de viviendas están utilizando nuestras cortinas para separar habitaciones o decorar paredes. Pueden elegir diseños de nuestras colecciones para el hogar Line creadas por Claire Davies”.
En términos de nuevos productos, dice Sans, el departamento de innovación de la empresa está estudiando el uso de la malla de la cadena en lámparas de araña, luminarias y separadores de ambiente más independientes. "Estamos trabajando para ver cómo se puede utilizar de forma más amplia en situaciones que demandan productos que son a la vez creativos y útiles."
Kriskadecor es muy conocida popular en España, sin embargo la exportación supone en torno al 60% su facturación que se dirige a unos 40 países incluyendo los EE.UU., Rusia, Sudáfrica y Nueva Zelanda.