
Fábrica de LZF. Foto cortesía de LZF.

Fábrica de Arkoslight. Foto cortesía de Arkoslight.


Fábrica de LZF. Foto cortesía de LZF.
Fábrica de Arkoslight. Foto cortesía de Arkoslight.
La DANA de 2024 ha dejado su marca en el sector de la iluminación valenciana, afectando tanto a los procesos productivos como a la cadena de suministro. Aunque algunas instalaciones han evitado daños directos, el impacto se ha manifestado a nivel material y operativo, provocando retrasos en entregas y generando costes adicionales. Tres empresas de luminarias de la zona comparten sus experiencias, estrategias y planes para superar esta adversidad.
Para Fambuena, la DANA fue devastadora: "El agua y el barro entraron hasta un metro y medio de altura en sus almacenes, showrooms y áreas de montaje, ocasionando grandes pérdidas económicas. La empresa vio comprometida su materia prima, mercadería y equipos, y además tuvo que reprocesar pedidos pendientes por un valor muy significativo. Para retomar la actividad, se puso en contacto con clientes para explicar los retrasos, se apoyó en fábricas no afectadas y obtuvieron prórrogas de vencimientos en bancos, Seguridad Social y Hacienda. A pesar de que el 85% de los clientes aceptó la espera y no canceló pedidos, la empresa teme sufrir tensión de caja si las ayudas gubernamentales se mantienen insuficientes y los seguros no pagan los daños completos.
En el caso de LZF, el paso de la DANA generó importantes afectaciones en producción y logística. La fábrica en Chiva sufrió daños en materiales almacenados, lo que causó retrasos en la cadena de suministro y envíos internacionales. La empresa activó un plan de emergencia que incluyó la redistribución de turnos, el refuerzo del equipo logístico y acuerdos con transportistas alternativos. A medio plazo, LZF ha implementado un sistema de gestión de inventario más robusto, diversificado proveedores y ha revisado sus instalaciones para mejorar su protección ante eventos extremos. "Nuestros clientes y socios internacionales han mostrado un gran apoyo, lo que ha sido fundamental para recuperar gradualmente la normalidad", afirman desde LZF.
Aunque la sede de Arkoslight se encuentra en una zona afectada, la empresa tuvo la suerte de no sufrir daños materiales significativos en sus instalaciones. Sin embargo, muchos trabajadores perdieron sus vehículos y la gran celebración del 40º aniversario de la compañía tuvo que ser cancelada. Las áreas de producción y logística se reactivaron en dos semanas, y, gracias a un stock suficiente, Arkoslight pudo mantener la continuidad de su servicio. Opinan que “la inversión en arquitecturas robustas y solventes, así como en una política de compras equilibrada, son claves” y recomiendan este ejercicio de proyección sostenible a todas las empresas del sector.
A pesar de las diferencias en la magnitud de los daños, las tres empresas coinciden en que la solidaridad ha sido fundamental para superar esta crisis que ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro y la necesidad de reforzar las estrategias logísticas. Con medidas como la diversificación de proveedores, la optimización de inventarios y la inversión en infraestructuras, el sector de la iluminación valenciana se prepara para ser más resiliente ante futuras eventualidades. Estas iniciativas garantizarán la continuidad operativa, y sientan las bases para transformar la adversidad en una oportunidad de innovación y mejora.
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