Desde que en los años setenta empuñó el lápiz para ganarse la vida, la trayectoria de Javier Mariscal (Valencia, 1950) se ha caracterizado por su incontinencia creativa, por su necesidad de expresarse a través de múltiples disciplinas, artísticas o no. El diseño de mobiliario, la pintura, la escultura, la ilustración, el interiorismo, el diseño gráfico, el paisajismo, la jardinería, la horticultura... son objeto de su actividad profesional y vital. Mariscal, que fundó su estudio en 1989, se expresa a través de un lenguaje personal, complejo en su intención y sencillo en su manifestación, inocente y provocador a la vez, que le sirve para innovar, arriesgarse y comunicar; para seguir haciendo cosquillas a los ojos que miran su obra y crear complicidad con el otro.