Javier Díez, diseñador industrial, y José Luis Díez, interiorista, representan un soplo de aire fresco en esta época de “celebrities del diseño”. Si les pedimos un imagen de ellos mismos, nos remiten una fotografía suya, pero desenfocada; lo que intentan trasmitirnos es que abogan por que se reconozca que detrás del objeto hay un diseñador, un profesional, pero no entienden que éste, y en concreto su imagen, prevalezca por encima de su propio trabajo. Lo que les importa es que se les conozca por su trabajo y no por las poses en éxtasis en las portadas de las revistas.
Su colección de diseños es tan extensa como impresionante. Dedicados al diseño de producto, han creado, entre otros proyectos, pictogramas esenciales, tazas tímidas, librerías invisibles, bancos lentos, magdalenas con memoria interna, luces embaladas, botijos para el nuevo siglo, contenedores de recuerdos, trozos de mar petrificados, muebles tan serviciales como C. C. Baxter, alfombras que dan vértigo y un largo etcétera. díez+díez diseño no es un estudio de diseño convencional. Sus diseños impresionan por su esencialidad, así como por su sentido práctico y su utilidad.
Javier y José Luis, de 40 y 38 años de edad respectivamente, dicen que, debido a su claro propósito de evitar el culto a la personalidad, cada vez más fabricantes se interesan por trabajar con ellos. “Lo que queremos nosotros es recibir encargos y que nuestros diseños se traduzcan en productos. Y que luego la gente pueda usar los productos y a la vez disfrutar de ellos”.
Hay una importante impronta de servicio al público en sus propuestas. Ello se pone sin duda de manifiesto cuando la pareja afirma que les gustaría trabajar para Ikea y Muji. Les gusta diseñar para la gente, para que cuando compre y use sus diseños lo haga porque le guste o le sean útiles, porque aporten algo a su vida, no porque se trate de un “díez+díez”.
Sus productos no son en absoluto decorativos, “pero nosotros no somos minimalistas en nuestras propuestas, sino que más bien preferimos el término esencial”, dice Javier. Y explica que una de las filosofías del diseño actual consiste en trabajar de forma superficial la pura imagen del objeto, pero él y José Luis prefieren diseñar de dentro hacia fuera. De esta forma nunca pierden de vista la esencia y el alma del producto en el que están trabajando.
LOS DIEZ cuentan con un gran portafolio, con diseños muy conocidos como la alfombra Vértigo fabricada por La Alpujarreña, el banco Miriápodo, fabricado por Tecnología & Diseño Cabanes y la lámpara Kyoto de ONA, así como numerosas estanterías y productos de almacenaje. Entre sus novedades más recientes encontramos el Baxter, en sus diferentes versiones, para MiSCeL·LàNia, los bancos DOVE para Paviments Mata, y la columna de ducha ÁMBITO para Metalibérica. Han sido galardonados con numerosos premios, entre los que se incluyen dos, un Delta de Plata y un Premio de la AEPD, por su banco Godot para Escofet.