El trabajo de Nacho Carbonell no es, probablemente justo decir, convencionalmente bonito o bello desde un punto de vista clásico. No recurrimos a él para tener piezas de arte que complementen el colorido o la atractiva apariencia de tu mesa consola del pasillo.
Su trabajo es siempre extraño, surrealista, fantástico - de hecho raro es el adjetivo que la gente tiende a utilizar para describirlo. Seguramente necesitemos entender lo que el artista está contando... y cuando lo hace, se convierte en fascinante.
"Mi trabajo es una búsqueda sobre el cómo concebimos el diseño", dice Carbonell. "Y me gusta ver los objetos como organismos vivos, piezas que pueden cobrar vida y sorprenden por su comportamiento. Mis piezas son conceptuales, no prácticas, son tangibles y me gusta que cuenten una historia que haga referencia a un aspecto de la vida. '
Él cita su silla árbol (Tree Chair) de 2009 para explicar lo que está haciendo. A partir de una simple silla de madera, que él ve como una niña, la silla mira a los árboles de su alrededor que le han proporcionado el material del que está hecha. A ella le gustaría crecer más y fusionarse con los árboles de los que procede. Por lo que a medida que utilizamos más residuos del árbol para añadir a la silla, está crece más para parecerse a un árbol. "Estoy observando el círculo de la vida, dice Carbonell. 'El árbol es talado y se usa para convertirlo en una silla. Utilizamos los residuos del árbol - las hojas secas, así como la madera - para hacer que la silla crezca como lo haría en el entorno natural. Por lo que la pieza es un objeto que está mutando, usamos una cosa para convertirla en otra, incorporando los residuos de un material en un nuevo objeto, y tratando de volver a dónde procedemos pero bajo una nueva forma".
"Soy muy consciente de que estamos en constante mutación. Nuestras vidas cambian tan rápido - especialmente en este momento por la tecnología, "dice," y eso nos hace más conscientes del paso del tiempo”.
Él no se encuentra del todo cómodo con la descripción de su trabajo como surrealista, pero reconoce que te lleva al mundo de la imaginación. “Mis diseños te llevan a diferentes estados de la mente", dice. 'Todos necesitamos imaginar si vamos a explorar un género o un tema o una idea.. "
Su trabajo se realiza a mano en su taller-estudio y Carbonell (que ha sido recientemente padre) trabaja con un equipo de artistas-diseñadores que en ocasiones son sólo cinco buenos, pero que pueden llegar a ser 15 también excelentes. "Depende de los proyectos que nos encarguen. En estos momentos estamos desarrollando nuestras ideas para un importante encargo para el Museo de Groninger y esas piezas tienen que estar listas en noviembre”. Está todo abierto: “Tenemos que equipar cuatro salas del museo. Todavía estamos pensando en lo que queremos hacer, pero puedo adelantar que una instalación será sin duda una pieza de grandes dimensiones".
Carbonell se formó como diseñador industrial en Valencia antes de estudiar en la Academia de Diseño de Eindhoven, donde ha fijado su residencia. Comenta que el norte de Europa es completamente diferente al sur y encuentra una liberación el ser tratado como uno de fuera. “Todavía soy un forastero en los Países Bajos porque vivo en una burbuja española y al ritmo español (sin cena antes de las 23:00...) y me siento un extraño cuando estoy en España, porque ya no vivo allí. Pero esto me gusta porque no estoy limitado por ambas sociedades.”
En cuanto a sus métodos de trabajo, Carbonell afirma que su estudio es un lugar para la expresión, la espontaneidad y la experimentación con todo tipo de materiales, en particular con materiales de desecho. “Mi mente gira constantemente en torno al encargo si es un trabajo solicitado o tengo que establecer un concepto básico de lo que quiero comunicar a la gente, si es una obra propia. Este es el punto de partida. En cuanto a los materiales, usamos todo desde el bronce al papel. Me gusta utilizar materiales naturales y aprovechar los residuos - cristales rotos por ejemplo. Pero no rechazo plásticos y materiales sintéticos, y aunque prefiero no tener que usar máscaras por trabajar con materiales potencialmente peligrosos, utilizamos el material que mejor se adapte a lo que estamos haciendo"
La obra de Carbonell está financiada por una mezcla de patrocinios que proceden de organizaciones públicas como museos y por coleccionistas privados que compran sus piezas. Señala que tiene un enorme respeto por los coleccionistas debido a que el mundo del arte depende de ellos. "Así que no me siento incómodo que parte de mi trabajo vaya a casas de gente se lo pueda permitir. Estoy muy agradecido por su patrocinio ya que aprecian lo que hago”.
"Pero ya sabes, lo bueno del arte es que no tienes que poseerlo para sumergirte en él y sentirlo. Todo lo que tienes que hacer es visitar un museo o una galería y quizás te cueste un poco de dinero entrar, eso es todo."
Carbonell está preocupado por el consumismo y por comprar cosas por el mero hecho de comprar y afirma que por esto se esfuerza en hacer que sus obras tengan una calidad antropomórfica . "Me gusta hacer piezas que tienen un carácter, un alma, una belleza interior, por lo que no las veo como objetos inanimados, sino que se conectan contigo y sientes que quieres hacerte cargo de ellas y cuidarlas. Para mí, creo que es importante apegarte a las cosas que tienes en tu vida que significan algo para ti. No tirarlas y comprarte algo nuevo. Tener un apego sentimental a un par de cosas, un mueble o una ropa por ejemplo, es algo bueno"