Foto del primer ejecutivo de un banco internacional, de una compañía petrolera o de una firma fabricante de automóviles en su duro trabajo. Probablemente, la primera imagen que nos viene a la mente es la de un hombre sentado detrás de una mesa en una habitación grande.
No es una mesa de escritorio, pero sí una mesa imponentemente grande. Sigamos imaginando que esa mesa probablemente esté hecha de una madera muy hermosa. Tal vez con recubrimiento de cuero. O podría ser hecha de acero y vidrio. Sea cual sea el estilo, es una impresionante pieza de mobiliario y no habrá llegado desmontada.
Pocas empresas de muebles de oficina diseñan y fabrican exclusivamente para el mundo de los super-ejecutivos y las multinacionales, como si lo hace la firma valenciana JMM. Sus productos son demandados por clientes de mundo entero, y no es ninguna sorpresa encontrar sus mesas de escritorio para ejecutivos o sus mesas para salas de juntas en sedes de corporaciones ubicadas en Londres a Riyadh o Nigeria.
JMM es una empresa familiar fundada en 1896. Está dirigida por la tercera generación de la familia Martínez Medina y José Martínez Medina, arquitecto de formación y principal diseñador de producto de la firma.
Marta Estébanez, directora para Europa de la firma, nos comenta que JMM ha resistido la crisis económica de los últimos cinco años sorprendentemente bien. Aunque ha experimentado un 30% de caída en los pedidos nacionales, este descenso se ha compensado con el crecimiento de las exportaciones, de modo que el volumen de negocios anual se ha mantenido constante en torno a los 7 millones de euros.
"Obviamente, tenemos la ventaja de que somos una marca muy conocida y consolidada, y que los arquitectos y especificadores conocen la excepcional calidad y acabado de nuestros muebles”
"Pero también hemos cuidado siempre nuestras relaciones con nuestras empresas asociadas en todo el mundo, por lo que estamos muy bien posicionados para ganar grandes contratos cuando se presenten”.
JMM emplea a alrededor de 40 personas, y sus muebles están realizados por una mano de obra cualificada que incluye ebanistas, tapiceros y trabajadores metalúrgicos. La fabricación de productos lleva su tiempo, por ejemplo, su equipo tardaría un mes en fabricar tres mesas de conferencias. Si te estás preguntando lo que supone esto en términos económicos, una mesa de conferencias de JMM con capacidad para 30 personas vienen a costar alrededor de 100.000 euros.
Estébanez señala que el fino trabajo de ebanistería, por el que la empresa es reconocida hoy en día se tiene que acomodar a la muy compleja electrónica de ordenadores y equipos audioviosuales. Para ello, cuenta con firmas colaboradoras de electrónica que diseñan los sistemas.
"Muchos de nuestros clientes corporativos quieren que sus equipos de trabajo viajen menos. Por ello están invirtiendo en instalaciones para teleconferencias, y necesitan mesas muy grandes que pueden permitir esto. Y les gustan nuestros productos porque nunca verás un cable o un alambre, todo está oculto"
JMM, que expuso en la Feria del mueble de Milán, exporta principalmente a Oriente Medio, Rusia y más recientemente a Nigeria y Uganda y entre sus clientes se incluyen compañías petroleras, bancos y gobiernos. Estébanez está trabajando para aumentar las ventas en Europa y admite que ella tiene mucho trabajo por delante debido a la situación económica actual.
JMM es una empresa respetuosa con el medio ambiente y se enorgullece de haber obtenido la certificación ISO 14001. "Utilizamos materiales sostenibles, principalmente maderas FSC, cueros técnicos y metal, que es reciclable. Como empresa somos muy eficientes desde el punto de vista energético y debido que hacemos todos nuestros productos por encargo, producimos muy pocos residuos. Creo que apenas enviamos nada al vertedero,' dice Estébanez.
"Sabemos que los clientes tienen en cuenta el enfoque ambiental de la empresa, y nosotros nos encargamos de ser ambientalmente responsable".
El estilo de los productos JMM se define mejor como contemporáneo clásico y Estébanez dice que la empresa no persigue cumplir al pié de la letra los dictados de la moda o la vanguardia a toda costa. “Lanzamos nuevas colecciones, pero no estamos presionados por seguir las tendencias y la moda. Nuestros diseños son atemporales, ya que nuestros productos tienen que durar muchos años, y nuestros clientes nos dicen qué acabados y colores quieren. Así que las piezas tienen un aspecto diferente cada vez”.
Así que 2013 va a ser un buen año para JMM? "Puedo decir que ahora hemos sido seleccionados para un gran proyecto en Abu Dhabi. Han sido cinco años de trabajo, por lo que es muy buena noticia, "dice Estébanez.